Este lunes Microsoft (NASDAQ:MSFT) sacaba al mercado en EEUU su flamante Windows Phone 7 (WP7) el intento de la compañía de Bill Gates de recuperar el terreno perdido respecto a Google, Apple y RIM en el mercado de la telefonía móvil. Aunque obviamente es prematuro aventurar el éxito del WP7, las ventas del día de su salida al mercado no son muy halagüeñas.


Microsoft ha invertido 100 millones de dólares en publicidad para lanzar el Windows Phone, ha regalado un telefóno WP7 a todos sus empleados y en el primer día se estima que ha vendido unas 40.000 unidades, una cifra algo pobre si lo comparamos con los 600.000 órdenes de preventa que tenía el iPhone 4 y del que se están vendiendo unas 270 mil unidades al día o los 200 mil teléfonos Android de Google que se están activando diariamente.

Los expertos en marketing apuntan que detrás de la baja cifra de ventas del primer día estarían algunos errores en el diseño de la campaña de lanzamiento:

Para empezar apuntan que un lunes no es el mejor día para lanzar producto de consumo, mejor un sábado o domingo o que el WP7 cuenta con demasiados modelos (hay 9 modelos diferentes del WP7) lo que dificultaría la toma de una decisión de compra por parte de los clientes.

A la espera de que llegue la campaña de Navidades que marcará el verdadero tono de la aceptación del WP7, la verdad es que Microsoft no lo tendrá fácil ante unos rivales tan formidables.