Los japoneses revolucionan el diseño de las latas de bebidas
Hace muchos años leí en un libro de Tom Peters (no recuerdo cual) que los consumidores, cuando estamos utilizando un producto y por la razón que sea no lo sabemos utilizar bien o tenemos dificultades en utilizarlo solemos pensar de forma casi instintiva que somos muy torpes e incluso muchas veces nos da verguenza explicar que no hemos sido capaces de utilizarlo.
Pues bien Peters nos indica que tras esta aparente torpeza nuestra siempre se suele esconder un fallo en el diseño del producto en cuestión.
Este podría ser el caso de las latas de cerveza o de las latas de bebidas en general. ¿Quien no ha tenido alguna que otra vez dificultades en abrir una lata de Coca Cola o de Cerveza porque la lengueta de aluminio de la que debemos tirar para abrirla ha quedado demasiado pegada?
A veces no hacen falta grandes revoluciones para mejorar significativamente la funcionalidad de un producto, simplemente es suficiente con corregir los fallos de diseño que dificultan su utilización. Y a veces corregir estos fallos de diseño requieren de una solución bien sencilla que comporta casi cambios insignificantes en el diseño.
En la foto superior tenéis la solución japonesa al problema. En la foto inferior como en el resto del mundo tenemos que seguir lidiando con un fallo de diseño cada vez que abrimos una lata.
Pues bien Peters nos indica que tras esta aparente torpeza nuestra siempre se suele esconder un fallo en el diseño del producto en cuestión.
Este podría ser el caso de las latas de cerveza o de las latas de bebidas en general. ¿Quien no ha tenido alguna que otra vez dificultades en abrir una lata de Coca Cola o de Cerveza porque la lengueta de aluminio de la que debemos tirar para abrirla ha quedado demasiado pegada?
A veces no hacen falta grandes revoluciones para mejorar significativamente la funcionalidad de un producto, simplemente es suficiente con corregir los fallos de diseño que dificultan su utilización. Y a veces corregir estos fallos de diseño requieren de una solución bien sencilla que comporta casi cambios insignificantes en el diseño.
En la foto superior tenéis la solución japonesa al problema. En la foto inferior como en el resto del mundo tenemos que seguir lidiando con un fallo de diseño cada vez que abrimos una lata.
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