El dinero y las posesiones son un medio, no el fin
La gente que como yo vive en una sociedad de consumo, a menudo puede creer que la única medida de la valía de una persona son los bienes que posee. Ciertamente poseer cosas buenas puede contribuir con nuestro bienestar. No hay nada divertido el estar en la ruina. A veces, sin embargo, parece que se pierde de vista el porque estamos acumulando todas esas cosas. Una gran casa, un coche último modelo, unas vacaciones de lujo o un yate son cosas que todo el mundo quisiera tener.
Pero no hay que perder la perspectiva de cuanto cuesta tener esas cosas.
Si usted está gastando 80 horas semanales en su empleo para pagar por una casa de gran tamaño solo para dormir, no es exactamente un buen negocio.
Si usted trabaja durante todo un año para pagar por un coche (yo trabaje cinco!!) que solo le ofrece tan solo un beneficio marginal pues después de pagarlo el precio es un quinto del precio original, entonces a usted le están robando.
Es agradable ser dueño de cosas, pero hay que tener cuidado de que sus pertenencias no terminen siendo dueños de usted.
El endeudamiento fácil que se ofrece en estos días, lo que hace es agravar el problema.
Yo me asombro al ver como muchos de mis amigos, se matan trabajando por mantener su ostentoso “estilo de vida”.
Están endeudados hasta la coronilla, se la pasan preocupados para torear a los cobradores y a los bancos, y pensando en cambiarse de empleo para ver si ganan más para poder disfrutar el botín de su esfuerzo.
Las posesiones son agradables de tener, pero su valor es nada comparable al activo más valioso que usted posee: su tiempo en esta tierra.
Solo estamos jóvenes, sanos y vivos por un período de tiempo relativamente corto.
Renunciar a una cantidad excesiva de nuestro tiempo para dedicárselo a trabajar como burros para pagar cosas materiales, como que no es muy inteligente de nuestra parte y es equivalente a vender el alma por cosas materiales.
Peor aún si hacemos todo ese sacrificio para causar una impresión favorable en los demás, por el que dirán.
Sin embargo, millones de personas en todo el mundo, hacen eso todos los días con el único fin de impresionar a los vecinos o dar envidia.
Derrochar en lujos inalcanzables puede llegar a ser adictivo. Una vez que usted se acostumbra a tener las cosas de lujo, usted siente que sin ellas no puede vivir o la vida no vale la pena vivirla.
El dinero y las posesiones son un medio para un fin: alcanzar la libertad financiera futura.
Si usted pierde la perspectiva y está sacrificando su vida y su felicidad para tenerlos, usted se está engañando y es muy probable que en el fondo sea una persona infeliz.
0 comentarios:
Publicar un comentario