¿De donde vienen las ideas?
La mejor manera de crear nuevos negocios y abrir nuevos caminos de riqueza pasa indefectiblemente por la generación de ideas. Lo que separa a los creativos de los que no lo son, no es tanto la capacidad para proponer ideas sino la capacidad de confiar en estas o en nosotros mismos para llevarlas a cabo. Esa confianza se sustenta en parte en saber que tenemos la capacidad para producir un producto acabado de una idea inicial, que es la razón creadora de muchos artesanos a grandes artista.
La habilidad de tener ideas es tan solo una parte del proceso de crear cosas. Hay un montón de gente calificada, más no creativa, en todos los campos, la diferencia se encuentra en la voluntad de la gente calificada en tomar riesgos con las ideas e ir más allá de la zona de confort.
Hay dos escuelas de pensamiento acerca de donde vienen las ideas. Una de ellas sostiene que el “ideólogo” es una especie de antena receptora que capta las ideas que flotan en el aire, como si de una radio se tratara para luego hacer un producto acabado.
Estas personas entran en la categoría de genios pues tienen un don del que carecen los demás para obtener ideas del aire. La segunda escuela sostiene que las ideas son producto del trabajo duro y concentración reflexiva. Es solo trabajo, decía Andy Warhol.
Siéntese con papel y lápiz y piense, no se levante hasta que tenga algo.
Esta es la escuela de escritores que se sientan frente a la hoja en blanco y no se levantan hasta que tienen 4 páginas escritas, la del poeta que busca sin cesar la palabra que le permitirá expresar exactamente lo que siente y la del ingeniero que se sienta con tan solo un bosquejo y comienza a trabajar.
La realidad probablemente tiene que ver con algo intermedio, tenemos ideas dentro de nosotros mismos y desde afuera o mejor dicho de la interacción de ambas.
La participación activa del creador con su mundo a través de la preparación, atención consciente, curiosidad, esfuerzo y serendipia permitne que las ideas nazcan.
1. Preparación. Las ideas vienen a aquellos que están preparados para recibirlos, independientemente de su origen. Los científicos tienen ideas sobre la ciencia no sobre poesía y viceversa.
A menos que tengan práctica en ambas cosas. Los que no están preparados para ser creativos raramente lo son. Eso no tiene que ver con estudios universitarios, y ya verá porque.
2. Atención. Prestar atención al mundo que nos rodea, indistintamente si usted tiene un título universitario o no, es una fuente de ideas.
Usted ha oído el dicho que “la necesidad es la madre de las invenciones” pero también es necesario tener a alguien cerca prestando atención a reconocer esa necesidad en primer lugar.
3. Curiosidad. La creatividad a menudo proviene de la unidad de comprender y tomar las cosas literal y figurativamente. Se deriva de la voluntad de saber “¿Qué pasaría si…?” y de seguir esa pregunta hasta que nos lleve a algún lugar interesante.
4. Esfuerzo. Ya sea usted una “antena” o un albañil la creatividad tiene un compromiso con el trabajo. Las ideas son baratas, dice el refrán, lo difícil y caro es la ejecución de la misma.
Las ideas necesitan ser capturadas, ser objeto de atención, seguimiento. O se compromete con un plan de acción o estas vuelven a su lugar de origen, dentro de su mente inconciente o “allá afuera”. Rara vez regresan.
5. Serendipia. Descubrimiento o hallazgo afortunado. Se puede denominar así también a la casualidad, coincidencia o accidente. La suerte de estar en le lugar y momento adecuados.
La segunda es tener la apertura para realizar las conexiones entre las cosas o eventos sin relación. Estos elementos de la creatividad juegan juntos.
Un ejemplo clásico es Newton y la manzana, Arquímedes y la tina de baño. Lo cierto de todo es que estas cosas se pueden cultivar, se pueden aprender.
No son dones especiales reservados a unos pocos.
Hacer esfuerzos conscientes para desarrollar estos dones nos puede ser útil en crear respuestas creativas en nuestra vida cotidiana. Saludos
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