Los buenos empresarios son pesimistas de closet
El optimismo puede matar su negocio. Esa es la conclusión que el emprendedor Scott Gerber deja en claro en un artículo para la revista Inc., pues según el en la nueva economía la lucha por la participación de mercado y el tener rendimientos apropiados a nuestro esfuerzo e inversión, no permite que los jóvenes emprendedores asuman metas, tácticas o iniciativas con un optimismo extremo.
Por supuesto que no faltará que piense que no está bien decir ese tipo de cosas, pues una de las lecciones que más se le enseña a los nuevos emprendedores, es justamente la de ser optimistas.
Pero, el mismo Scott Gerber explica las razones de tal afirmación y la cual, con ciertos matices, comparto totalmente. Me explico.
Generalmente cuando uno toma la decisión de crear un negocio o una empresa por primera vez, uno se enfrenta a ese reto lleno de miedos e incertidumbres.
Solo que si usted lee acerca de la aventura de emprender, el consejo más recurrente trata de la importancia de ser optimista.
Usted debe tratar de ver el lado positivo de las cosas y bueno, esa actitud mal entendida le puede llevar a creer que cada cosa que proponga para aumentar las ventas es una maravilla.
Las bajas ventas se deben a que está comenzando y que dentro de unas semanas todo estará mejor, que es muy probable que deba esperar unos cuantos meses para comenzar a ver utilidades, que poco a poco usted se ganará una cuota de mercado.
Tranquilo que todo mejorará en la medida que el negocio sea conocido. Esas y muchas cosas más, que suenan a excusa, cubiertas por un manto de optimismo ha llevado a más de un muevo empresario a la quiebra.
El optimismo debe basarse en hecho ciertos y concretos. Basar sus expectativas en el pensamiento positivo, no es muy confiable.
Cuando usted es un “pesimista de closet” tal como lo plantea el autor del artículo, usted trata de corregir a toda costa las cosas que no están funcionando bien en su empresa.
Con la situación económica actual, los nuevos empresarios no se pueden permitir el lujo de ser demasiados optimistas acerca de sus metas, tácticas o iniciativas.
El optimismo a ultranza conduce a expresiones como “todo se resolverá de alguna manera” en vez de la mentalidad realista de “¿Cómo podemos hacer que esto funcione a toda costa?”
En muchos casos la mentalidad positiva impide ver todos los verdaderos retos y problemas que rodean a su negocio y le impide tomar decisiones.
En la opinión del Gerber y la cual comparto, los mejores empresarios son aquellos que tienen una actitud optimista, junto con un punto de vista pesimista y racional.
Pasar todas las situaciones por el filtro del optimismo, puede conducir al fracaso de su negocio.
En cambio ver las cosas de manera racional y sin esperar la intervención “del universo” para que se resuelvan le puede poner en la ruta de buscar soluciones a los problemas que se presentan diariamente en su negocio o empresa.
Si las ventas son malas debe buscar cual es la razón y cambiar la estrategia de ventas, que evidentemente no está funcionando bien.
Si los costos son mayores que las entradas, revisar estos y hacer los correctivos en el acto, pues en caso de esperar por “ayuda divina” es muy probable que usted termine en rojo a final de cada mes.
No me malinterprete, pero es muy diferente tener la actitud de “si hago que las cosas sucedan me va a ir bien”, a esperar que las cosas sucedan tan solo porque lo deseo.
Deseos no empreñan, dice un viejo refrán español y en el caso de los nuevos emprendedores, este se aplica a la perfección. Saludos
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